Respecto a su vínculo con el vicepresidente de Boca y lo que ocurrió el pasado sábado cuando hizo bajar del micro a los jugadores, dijo: “Nuestra relación es muy buena. La que se ve todos los días. Es muy difícil ponerse a hablar de algo cuando no se sabe el trasfondo. No puedo hablar porque no estuve en la charla y no sé a qué se apunta con eso. Si es para alentarlos, está bien”.
Además, dio algunos indicios de en qué ámbito puede estar su futuro: “Qué voy a hacer es una pregunta que me hacen todos, desde amigos hasta mi esposa o mi representante. Estoy disfrutando del momento, y mientras tanto me cuido. Si llega algo que me interese o me motive o me saque algo de adentro y me den ganas, bueno seguiré. Pero creo que como estoy, cada vez que veo a Juventus o Boca, trato de buscar adentro mío ese fuego para jugar seis meses más o un año, y no lo encuentro”. Y agregó: “Hoy hace un año hago curso de DT, empiezo el año que viene el ‘coaching’, voy a ir viendo qué quiero yo. Ni yo sé qué voy a hacer de mi vida.”
Por último, habló sobre lo duro que fue dejar al club de sus amores: “Me siento ídolo de Boca. Se venía un recambio muy grande y necesitaban al mejor Tevez. No sentía ese fuego, esas ganas. No tengo 20 años, tengo 37. Entonces si no rendíamos, ¿a quién le caían? A mí. Si estaba bien, me la banco”. Y finalizó: “En los entretiempos por ahí me quebraba o lloraba, y salía al segundo tiempo como si nada. Y eso lo viví solamente yo, mis compañeros y mi familia. La gente de Boca me dio fuerzas para seguir, hasta que no pude más”.