En la Bombonera hoy se esperaba un partido perfecto. La víspera de la ida de los Octavos de Final de Libertadores contra Corinthians en el día del cumpleaños de Riquelme, donde la Bombonera se vistió de gala para acompañar a su equipo, despedirlo antes del viaje a Brasil, saludar a su ídolo y que este se lleve una alegría en su día. No obstante, Unión vino a arruinar todos esos planes, le ganó 2 a 1 al Xeneize, se llevó los tres puntos para Santa Fe y ni el aliento de la Bombonera pudo salvar el encuentro.
El planteo de Battaglia de un once con mayoría de suplentes pensando en el partido del martes, excepto Frank Fabra que se encuentra suspendido y no viajará a Brasil, Boca no supo estar a la altura de lo que sus hinchas esperaban en este día.
En un comienzo con saludo a Román en el minuto 10 del encuentro, con un clima fenomenal, el encuentro era parejo, con una sola llegada de gol de Eduardo Salvio que le atajaría el arquero rival, Moyano, en los primeros 15. La noche comenzó a tornarse oscura para el equipo local cuando todavía sin poder mostrar una buena cara y siendo dependiente de Molinas y Fabra, Jorman Campuzano cometió un penal mediante una jugada donde la defensa de Boca se encontraba desorganizada y Juárez lo intercambió por gol a los 25 minutos de juego.
Luego, el Xeneize comenzó a esforzarse más, comenzó a dominar el balón aunque sin concretar y con algunos jugadores que no logran levantar su nivel, no permitiendo desplegar un mejor juego colectivo.
Igualmente, a cinco minutos del final de la primera parte, Cristian Medina recibió una falta dentro del área y esta vez Boca fue quien consiguió el gol mediante los doce pasos a través de Salvio, quien estaba siendo de los puntos más altos del equipo. A pesar de esto, la mala noticia que obtuvo Battaglia luego del festejo fue la lesión de Nicolás Figal en su rodilla derecha, que fue reemplazado por Carlos Izquierdoz.
En la segunda parte, Boca comenzó a desplegar un mejor juego del que había mostrado y la esperanza de dar vuelta el marcador se encendió dentro de los aficionados. A partir de este progreso, el DT decidió darle el ingreso a ciertos titulares: Exequiel Zeballos, Sebastián Villa, Guillermo Fernández y Óscar Romero por Salvio, el pibe Langoni, Medina y Molinas, respectivamente. El problema se presentó cuando los cambios no le dieron resultado a Battaglia, sino que empeoraron el funcionamiento y la movilidad de su equipo, mientras Unión lo atacaba cada vez más y el control dejaba de ser del local.
La desesperación por no llegar al gol se empezó a notar en el equipo y las imprecisiones se hicieron presentes mediante regalos que se le hacían a los jugadores de Unión para que produzcan un contraataque.
Igualmente, el caos del encuentro llegó en el último minuto del descuento. El árbitro cobró una falta en el límite del área, expulsó a Izquierdoz por doble amarilla y luego el VAR le informó al arbitro que la infracción fue cometida dentro del área por lo que volvió a sancionar penal. La Bombonera estallaba, gritaba y parecía que estaba por salir campeón cuando en realidad buscaba no perder. Javi García le atajó el penal a Troyansky y la 12 estalló, hasta que se dio cuenta que el penal debía repetirse por adelantamiento del arquero Xeneize. Tras quejas ante la determinación del árbitro, el lanzamiento se cobró otra vez y en esta ocasión fue gol.
El autor del 2 a 1, Troyansky, le mostró la camiseta y escudo de Unión a toda la hinchada de Boca y desató las peleas entre ambos equipos y el jugador que desató la polémica debió irse al vestuario siendo custodiado por la policía. Igualmente, la Bombonera siguió alentando y pidiendo por el partido del martes, esperando que ese día el equipo si de una respuesta y no haga una actuación como la de este partido.