Después de más de 180 días sin fútbol, había una gran expectativa por cómo volverían los equipos argentinos a la Copa Libertadores. Boca no decepcionó en la primera mitad y planteó un partido que le permitiera generar peligro en el campo de Libertad.
Tras lograr sacar ventaja en los primeros minutos, el equipo de Russo, en esta ocasión dirigido por Somoza, replegó sus líneas en un bloque medio/bajo en el que situó a Campuzano muy cerca de los centrales (Izquierdoz-Zambrano) para dejar a Pol Fernández unos metros por delante del colombiano, y con dos o tres pases, lograr instalarse en el campo del equipo paraguayo.
Campuzano, que logró varias recuperaciones en la primera mitad, buscó -junto a Izquierdoz- a Soldano mediante envíos en largo para que este asistiera a Tévez o Maroni.
La segunda mitad pareció más un trámite que un partido de Copa Libertadores, que ganará el visitante por sólo un gol de diferencia. Boca logró bajar el ritmo del partido y ajustó con algunos cambios por el cansancio físico.
La ausencia de un perfil como Villa dentro del campo de juego se evidenció mucho con el pasar de los minutos. Libertad, al tener la necesidad de ir en busca del empate, dejó espacios que Boca no pudo aprovechar, y Salvio dejó de transitar en ataque para ser un poco más posicional.
Tras tener una ventaja tan corta para un desarrollo en el que no sufrió, el Toto logró extender la ventaja con una serie de amagues dentro del área en donde -otra vez- volvió a demostrar su jerarquía para poner el 0-2.