Boca y Santos se midieron en la ida de las semifinales de la Copa Libertadores. El equipo de Russo llegaba con una baja muy sensible (Campuzano) y sin un reemplazante natural que pudiese cubrir el puesto. Ante esto, Miguel decidió alinear un doble pivote conformado por Capaldo y el Pulpo González.
El partido tuvo una misma temática durante los 90 minutos, pero fue muy táctico y de mucho estudio para ambos conjuntos. Tanto Boca como Santos dominaron algunos pasajes del partido, pero no lograron decidir bien en las respectivas áreas.
Boca —por momentos— dio la iniciativa y la posesión al conjunto brasileño y se dispuso para contraatacar, pero no logró imponerse en su idea salvo alguna ocasión que tuvo Salvio —de flojo partido— y Villa, quien parecía tener la clave para abrir el marcador.
Un punto alto en Boca fue Capaldo, muy importante en la faceta defensiva al momento de recuperar y desplegarse sobre el ancho del campo. Sin embargo, el equipo careció de juego en el mediocampo, y por momentos, se vio desordenado cuando tenía la pelota.
En el equipo de Miguel Ángel Russo se notaron las ausencias de Fabra al momento de sumarse al ataque, frenado para marcar a un jugador tan veloz como Marinho, quien en la serie anterior (vs. Gremio) aprovechó muy bien los contraataques que desarrolló su equipo.
Boca no sufrió en defensa pero tampoco fue muy claro en ataque, aunque logró dejar el arco en cero, punto positivo para viajar a Brasil el próximo miércoles donde se definirá el finalista de la Copa Libertadores a las 19:15 hs.
