La peleo de atrás todo el campeonato, con bajas, lesiones y así y todo en un final de locos, como en aquel 2020, el Xeneize sumó otra estrella.
Con los nervios en una cancha y la oreja en otra, el equipo de Ibarra arrancó dominando el partido y manejando el ritmo. Tal así que contó con dos situaciones claras, primero Pol Fernández con un remate y luego Vázquez con un toque en aire. Ambos remates bien tapados por Álvarez.
Con el correr de los minutos, Boca bajó el ritmo e Independiente empezó a aprovechar los espacios y la pelota. En un desajuste defensivo, Advíncula tocaría Rodríguez en el área y Herrera cobraría penal. Leandro Fernández, encargado de patearlo, cambiaría por gol y pondría un balde agua fría en el local.
La desventaja solamente duraría 2 minutos, el Xeneize reaccionaría rápidamente. Tras una falta a Langoni, un centro preciso de Romero, Boca llegaría el empate, tras un cabezazo de Pol Fernández en el primer palo. Se acomodó todo y el resultado en el Cilindro ayudaba.
Así sería un primer tiempo, parejo y duro, en el cual Boca sufrió definitivamente otra vez. Con un equipo bipolar como durante todo el torneo. Letal y convincente de mitad de cancha para adelante y un equipo endeble y lleno de dudas al momento de defender los ataques rivales.
En el comienzo del ST, Ibarra volvería a leer bien nuevamente el partido. Luego de un flojo primer tiempo, sacaría a Ramírez, que poco pudo brillar, y en su lugar ingresaría Sebastián Villa que resultaría vital para el partido y la consagración.
A los 5 minutos del ST, el Xeneize lograría sacar la ventaja necesaria para poder ser campeón y coronar el campeonato. Una falta de Vigo a Fabra, le dejaría servido el tiro libre al delantero colombiano. Derechazo al primer palo inatajable para el 1 de Independiente. Boca aumentó la ventaja 2-1 y la tensión daba lugar al grito y a la emoción.
Con el resultado encaminado, la figura de Rossi dejaría su huella para sumar una nueva estrella. En la primera intervención del segundo tiempo tendría una doble tapada ante Casares. Boca, totalmente descompensado y con salidas fallidas de Figal y Zambrano, le daría al 1 esa tapada consagratoria.
Aun así y con un local que logró acomodarse mejor, con el correr de los minutos comenzó a tirarse atrás, y los dirigidos por Falcioni volvieron otra vez a dominar la pelota. Sin lucir, Romero y Marcone manejaron el mediocampo ante las llegadas a destiempo de los jugadores Xeneizes.
Boca sufrió hasta el final y por eso, a los 35′ ST, Independiente pondría más nerviosismo. Cabezazo del juvenil Vallejos, recién ingresado para poner el 2-2. Otra vez, había que prestarle atención a lo que pasaba en Avellaneda.
Después de eso, el partido empezó a bajar en intensidad y en ritmo, el local que iba pero sin ideas con más empuje y ganas. El visitante, tratando de jugar con el nerviosismo sin generar peligro en el arco defendido por Agustín Rossi.
Fiel a la historia de Boca, el equipo tenía que sufrir hasta el último minuto para gritar campeón. Los minutos finales fueron para el infarto y con la oreja puesta en el Cilindro de Avellaneda. El triunfo de River por 2-1 ante Racing lo terminó ayudando a su máximo rival.
Con lesiones, con juveniles que aparecieron para poner el pecho y sacar adelante una situación complicada. Con un inicio turbulento por conflictos internos, Boca volvió a ser el mejor a nivel local y gritar campeón otra vez. Suma su estrella número 73. ¡Salud, campeón!