Si en la previa la situación del Xeneize no era lo bastante compleja, con el resultado empeoró. Y es que, si bien el DT tuvo que variar mucho con respecto al último encuentro, el resultado no cambió. Siguió sin tener profundidad, aunque en este caso pudo llegar al arco rival. Sin embargo, no se puede hablar de un gran cambio ni mucho menos. Los jugadores apuntados siguen sin rendir y la impaciencia se sintió.
Por el lado del Pincha no fue su partido más lúcido, pero tuvo efectividad: en total, se contabilizó un remate al arco, en el que Boselli no perdonó y la mandó a guardar. Floja respuesta de Romero, aunque la defensa tampoco estuvo muy despierta en esa jugada. El olfato del goleador pesó y se pudo llevar una victoria importantísima a La Plata, teniendo en cuenta que desde hace 15 años que la visita no podía irse victoriosa de la Bombonera.
Los únicos puntos fuertes estuvieron en la defensa: Barco y Valentini demostraron que en este momento deben ser titulares y Almirón deberá pensar muy bien dejar a ambos para el próximo martes. Del resto del equipo, poco y nada: Óscar Romero no estuvo fino, Varela volvió a tener apariciones esporádicas, y quizás fue el peor partido de la delantera. Benedetto y Merentiel, el doble 9 no funcionó y, por el momento, quedó claro de que no son complementarios.
Los cambios tampoco generaron nada distinto, ya que desde un primer momento la clave del ataque local estuvo en el lado izquierdo, y en casi todas las oportunidades buscó llegar por esta zona. Cabe resaltar, que una de las variantes del conjunto de la Ribera fue por lesión: Ramírez pidió el cambio y no pudo continuar en 23 minutos del primer tiempo. Quien lo reemplazó fue Pol Fernández, pero su rendimiento no fue influyente.
El próximo partido será por Copa Libertadores cuando reciba a Deportivo Pereira a las 21:00 en la Bombonera. Pocos días quedan, pero parece que las variantes que se vienen no serán pocas. Una victoria es lo único que podrá traer paños fríos para el club, técnico y jugadores.
