A poco más de dos semanas de la final de la Copa Libertadores, la competencia más importante del continente, han surgido dudas sobre el estado del campo de juego. Lo que pasa es que los dirigentes del Flamengo, club que hace de local en el Maracaná, quieren jugar su partido contra Bragantino, por el Brasileirao el 28 de octubre, exactamente una semana antes de la final que enfrentará a Boca y Fluminense.
¿Qué requisitos pide Conmebol para jugar la final de la Copa Libertadores en un estadio?
Una semana entre partidos no es poco tiempo, pero el protocolo de Conmebol para la final indica que tendría que tener a disposición el estadio con más de una semana de antelación, ya que los cuidados para que el césped llegue en óptimas toman varios días.
Desde hace tiempo estaba programada una reunión virtual para esta tarde entre Conmebol, Boca y Fluminense y podría llegar a tratarse el tema del cambio de estadio. Sin embargo, por ahora no han habido comunicaciones sobre el asunto desde Conmebol.
El impedimento principal para el cambio de sede para la gran final es que la mayoría de las entradas ya fueron vendidas. Las únicas que quedan disponibles son las 20 mil entradas reservadas para Boca.
Además, miles de hinchas ya han comprado pasajes y hospedajes, tanto desde Argentina como de otros lugares en Brasil. Lo interesante es que el Flamengo solicitó más entradas que las que estarán disponibles para la final (que son 20 mil por club finalista).
Desde Boca dirigencia no fue notificada de ningún posible cambio, lo que indica que un cambio de estadio no es realista o realmente tenido en cuenta. Se ha mencionado al Morumbí, como una posible alternativa, el problema es que durante ese fin de semana la Fórmula 1 se correrá en San Pablo, lo que complica el cambio de sede aún más.
Todo parece indicar que la sede no se cambiará y que todo se mantendrá como fue estipulado, la confirmación llegará pronto.