Como en su momento se habló de un momento crítico del equipo, en una semana las aguas calmaron. La victoria contundente frente a Racing le dio mayor confianza al equipo, sobre todo por la forma en la que se consiguieron esos tres puntos. Con ese envión anímico, Almirón decidió repetir equipo para hoy y le salió redondo.
Más allá de que no se notó una holgada superioridad (sobre todo en el ataque), el Xeneize supo sufrir, y lastimó en los momentos claves. En el primer tiempo, dos chances claras perdidas de Vázquez quizás le hubiesen dado mayor tranquilidad a la visita. Si bien el equipo chileno tuvo sus situaciones de gol, no pudo ser fino. Es quizás el sector de la cancha donde peor la pasó el conjunto de la Ribera. Una falencia que no fue tal frente a la Academia, donde mostró una mayor solidez.
Sin embargo, no hay que dejar de destacar que el local tiene grandes fortalezas ofensivas y eso quedó claro. En detrimento a esto, la defensa fue el talón de Aquiles que terminó definiendo el resultado.
Los puntos altos estuvieron sobre todo en Advíncula y Barco, el primero reconvertido a un volante ofensivo que mostró una gran habilidad con su pierna inhábil, marcando un golazo como en el partido frente a Deportivo Pereira de local el pasado encuentro de Copa. Mérito total del técnico, ya que el peruano había tenido partidos jugando en esta posición cuando estuvo en Newells, aunque fue él quien volvió a colocarlo en este sector de la cancha. Gracias a ello, el jugador viene mostrando grandes virtudes en el ataque y está siendo fundamental en los ataques del equipo.
En cuanto a Barco, mejor en ataque que en defensa. Quizás por falta de partidos, en muchos momentos se lo nota querer ir mucho al ataque y descuidar la defensa. Esto no quiere decir que no haya tenido pasajes donde fue sólido arriba, sólo que se nota una tendencia a ser más un lateral destacado por labores ofensivas que ofensivas, tuvo llegada y sobre todo colocó centros clave para los delanteros.
Los de peor rendimiento en este partido fueron Payero, Vázquez y Roncaglia. El primero gravitó y no estuvo fino en los pases, tuvo momentos claros y decidió mal en ataque. Luis, por su parte, no está pasando por su mejor momento, aunque siempre está cerca del gol. En el partido de hoy, tuvo una jugada clave donde le ganó la pelota al defensor Falcón, Villa se la llevó y convirtió el segundo gol que dio cifras definitivas al encuentro.
Victoria importante para lo que significa el futuro en la competición más importante del continente. Boca demostró saber sufrir y tener puntos altos. El próximo domingo se medirá frente a su eterno rival, River Plate, en un partido aparte donde tendrá que demostrar de qué está hecho este nuevo equipo comandado por Almirón.
