Como pocas veces, el equipo de Ibarra fue claramente superior a su rival. Con un panorama altamente positivo, los errores casi no se notaron y los goles se le cayeron de los bolsillos. El mediocampo se notó dinámico, la defensa por momentos lenta y la delantera muy ágil. Tuvo situaciones, concretó y la diferencia pudo ser mayor.
A los 42 minutos llegó el primero. Boca era mejor y se notaba en la cancha. Langoni ya había tenido dos chances claras y no había podido marcar. Cabe resaltar, además, que le anularon un penal al conjunto azul y oro ya que, previo a la mano de Ruíz Díaz, existió un offside de Langoni. Sobre todo por izquierda, Villa y Fabra fueron los conductores de los ataques por esa banda. Finalmente, a centro de Figal, llegó el primero de la mano del “Pipa”, que volvía a la titularidad luego de un largo tiempo. El primer tiempo dejaba una gran imagen del equipo que sufrió poco los ataques del patrón.
Ya en el segundo tiempo prácticamente todo se potenció. Óscar Romero fue el eje y por eso Boca sacó una amplia diferencia. Claro en los pases y en donde tenía que estar, fue fundamental para esta victoria. Tanto fue así, que diez minutos después del primer gol, el paraguayo asistió al nueve que seguía alimentando sus números.
A partir de allí fue todo del Xeneize, que aprovechando los espacios que dejaba el equipo de Paraná en busca del descuento tuvo muchas llegadas claras. Casualmente, también 10 minutos después del segundo tanto llegaría el tecero: luego de una gran jugada de Fabra, el ex delantero de Arsenal marcaría su tercer gol cerrando una noche soñada.
Luego de esto llegaron los cambios para regular energías. Merentiel sustituyó a Benedetto, Briasco a Langoni, Ramírez a Romero y Medina a Equi, de gran partido hoy. Boca siguió atacando y la fórmula se repitió: la búsqueda era por izquierda. Quedaba muy mal parada la defensa de Patronato y Boca lo sabía. Así fue hasta que el árbitro dio el pitazo final culminando una goleada como hace mucho tiempo no se veía.
Partido soñado, un resultado perfecto y un rendimiento general destacado, frente a un rival que a día de hoy está jugando la Primera Nacional y se está rearmando. Se notó en el partido, a diferencia del último encuentro, donde el equipo rojinegro le había complicado bastante las cosas a los dirigidos por Ibarra, que por primera vez pudo vencer a Patronato como director técnico.